Bosquejó su amor en unos pocos trazos,
Amenazó tímidamente con destruir su arte,
pero lo amaba demasiado como para convertirlo en pasado,
quiso sentir lo que sentía aquel pájaro que cantaba en su ventana,
comprendió su canto como danzando en su sentimiento,
no paró su mano de señalar detalles en el papel,
siguió dibujando el momento ilusorio en el que se encontraba con ella,
el hermoso fruto de su mente,
el preciado rostro salvador de su alienada existencia,
volvió a escuchar el susurro cantor,
volvió a correr hacia la ventana en busca del mensaje completo de esa sinfonía,
volvió a querer perseguirlo como loco,
pero a lo que se arrimó fue a volar sobre el vacío mismo.
Su ser ya se convirtió en tinta,
sus ojos están rellenos de grafito,
sus grandes objetivos ya forman parte de dibujos ajenos,
sus mejillas rosadas ahora son grises,
pero entre tanto gris, entre tanta soledad,
se ve como se juntan figuras enamoradas de muchachos bocetados
que no se separarán más, que no se sentirán más ajenos,
ya son ambos, creación y creador, partes del mismo bosquejo...

23 may 2013
17 may 2013
Amigo en vías de extinción
Me dejas, te vas y me dejas aquí.
Te vas y no reparas en el hecho de tu ausencia en mi devenir.
Te vas y te alejas, casi sin comprender,
que ya no serás parte de mi mañana, que ya no querré saber de tu ser.
Sólo exijo un poco de consideración,
Un poco de razón que explique al corazón como me dejas.
Vas con tan poco cariño,
Ves sin tanto análisis el correr de mi mirada estrujada.
Algo me da paz en el fondo,
quizás es el instante de un ser que se regocija con el sólo hecho de ser.
Pero ya no sangro en el mismo estanque,
ya siento que la partida será un mal recuerdo como un tajo en la carne sensible.
No hay momentos que recordaremos malos,
pero tu partida hizo en mi lo que hace al mundo la extinción de un ser.
Te vas y no reparas en el hecho de tu ausencia en mi devenir.
Te vas y te alejas, casi sin comprender,
que ya no serás parte de mi mañana, que ya no querré saber de tu ser.
Sólo exijo un poco de consideración,
Un poco de razón que explique al corazón como me dejas.
Vas con tan poco cariño,
Ves sin tanto análisis el correr de mi mirada estrujada.
Algo me da paz en el fondo,
quizás es el instante de un ser que se regocija con el sólo hecho de ser.
Pero ya no sangro en el mismo estanque,
ya siento que la partida será un mal recuerdo como un tajo en la carne sensible.
No hay momentos que recordaremos malos,
pero tu partida hizo en mi lo que hace al mundo la extinción de un ser.
13 may 2013
Hombre busca refugio
Saturado, hombre busca refugio en su mente.
Yace abrumado por las actividades que le trae la rutina,
descansa en la sombra del árbol de la conciencia.
Respira profundo, tan profundo como le permiten las ráfagas neuronales.
Ahí dentro no se aleja de su abatimiento
ya que flotan apacibles los monstruos que lo acechan en el aburrido ciclo continuo diario.
No merece su pesar pero quién merece lo que genera el día a día,
quién merece el intercambio constante de emociones,
quién merece el reloj acelerado que le impone el cemento,
quién es el merecedor del daño provocado por las olas de rabia social.
Hombre busca refugio en su mente cansada,
tiembla en retazos de gritos censurados,
se emociona al ver que su sombra no es sombra, sino que es parte de una ráfaga de viento.
Hombre se desvanece y se une en la danza del tiempo..
Yace abrumado por las actividades que le trae la rutina,
descansa en la sombra del árbol de la conciencia.
Respira profundo, tan profundo como le permiten las ráfagas neuronales.
Ahí dentro no se aleja de su abatimiento
ya que flotan apacibles los monstruos que lo acechan en el aburrido ciclo continuo diario.
No merece su pesar pero quién merece lo que genera el día a día,
quién merece el intercambio constante de emociones,
quién merece el reloj acelerado que le impone el cemento,
quién es el merecedor del daño provocado por las olas de rabia social.
Hombre busca refugio en su mente cansada,
tiembla en retazos de gritos censurados,
se emociona al ver que su sombra no es sombra, sino que es parte de una ráfaga de viento.
Hombre se desvanece y se une en la danza del tiempo..
9 may 2013
Jueves de atardecer
Voy buscando la calma, tu calma, mi calma, el alma que llama al viento, que llama las palabras de viejos encuentros, de viejas lejanías. Ahora tan cerca de mi, tan cerca del sol, te fuiste deshaciendo sin ver, sin ver que no hay que entender las acciones, mis acciones cuando bailo en esta ocasión, cuando bailo ya sin , ya sin verte. Me siento bien.
5 may 2013
La nimiedad fue su amor

él le cantó mil veces los deseos de su salvaje corazón,
él le arrebató su alma y ató su ser de la manera más tierna,
él soñó e hizo soñar a su mente metiéndola en viajes nunca solitarios.
..Pero el tiempo..
Él protestó cuando ella lo confundía con el paisaje,
él no supo discernir entre nimiedad y su afecto hacia ella,
él culpó de sus males y adversidades a su sonrisa,
él mató la alegría de ambos, matando el amor que llevaba dentro.
Ella lloró, pero sin saber qué le esperaba,
Ella soñó, pero sin saber qué soñar,
Ella vibró, hasta ya no pensar en su mirada,
Ella rió, pensando que la nimiedad fue su amor.
1 may 2013
Sólo un trozo de dolor
Creo que la última vez que ofrecí mi corazón a un ser fui estafado completamente, hechizado por el olor particular de piel de verano y aroma a felicidad. Esa vez me sentí llevado por el corazón así como lleva el agua de una corriente a las hojas de otoño que se suicidan del árbol. Nunca pude ver el puñal que se asía lentamente frente a mi por el trance que me había producido el impostor roce de amor. Así como cortan el cielo las aves, se cortó todo vínculo, toda naif idea de prosperidad, todo quedó reducido a cenizas esa tarde en un café.
Ella airosa entró sin mirar a nadie, como si entrara a un campo de batalla, destinada a destrozar mi mente cual copa en caída. Sus ojos estaban apagados, fríos, su boca era otro trozo de hielo, asentada en una mezcla de expresiones de incomodidad y odio. Se sentó sin presentaciones y anudó sus manos en una pelea patrocinada por la ansiedad. Toda su presencia altanera cayó como un muro al sentarse en esa silla, dejándola al desnudo, débil e indefensa frente a mi.
Yo, consciente, asustado, me di cuenta de qué era lo que pasaba, y mi expresión de estúpido amor que ponía cada vez que la veía se transformó en la combinación de horror, estupor y amargura. El tiempo se detuvo lentamente, los sonidos se silenciaron, el espacio se oscureció o pareció perderse de la escena, sólo quedamos allí nosotros dos sentados en esa pequeña mesa.
Ella me miró, tragó saliva y su ansiedad pareció contracturarle el cuerpo. No pudo hablar, ni siquiera tartamudear. Abrió la boca, y volvió a cerrarla lentamente como si se tratara de timidez adolescente.
No hicieron falta las palabras en verdad, jamás lo habían hecho. Terminé mi café, tomé mi sombrero, la observé por última vez recordando todo el amor que había existido y fluído entre nosotros, y caminé hacia la puerta, sintiendo a cada paso como se resquebrajaba mi alma y estrujaba mi corazón...
Ella airosa entró sin mirar a nadie, como si entrara a un campo de batalla, destinada a destrozar mi mente cual copa en caída. Sus ojos estaban apagados, fríos, su boca era otro trozo de hielo, asentada en una mezcla de expresiones de incomodidad y odio. Se sentó sin presentaciones y anudó sus manos en una pelea patrocinada por la ansiedad. Toda su presencia altanera cayó como un muro al sentarse en esa silla, dejándola al desnudo, débil e indefensa frente a mi.
Yo, consciente, asustado, me di cuenta de qué era lo que pasaba, y mi expresión de estúpido amor que ponía cada vez que la veía se transformó en la combinación de horror, estupor y amargura. El tiempo se detuvo lentamente, los sonidos se silenciaron, el espacio se oscureció o pareció perderse de la escena, sólo quedamos allí nosotros dos sentados en esa pequeña mesa.
Ella me miró, tragó saliva y su ansiedad pareció contracturarle el cuerpo. No pudo hablar, ni siquiera tartamudear. Abrió la boca, y volvió a cerrarla lentamente como si se tratara de timidez adolescente.
No hicieron falta las palabras en verdad, jamás lo habían hecho. Terminé mi café, tomé mi sombrero, la observé por última vez recordando todo el amor que había existido y fluído entre nosotros, y caminé hacia la puerta, sintiendo a cada paso como se resquebrajaba mi alma y estrujaba mi corazón...
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